CuatroTipos

Diseño periodístico y más.

Archivo de Restaurantes y Gastronomía

La cafetería del MUVIM, «El valor del Diseño» y una sopa de calabaza

JPÉREZ: Al día siguiente de la presentación del nuevo libro «El valor del Diseño», Cuatrotipos comió con Victor Palau, uno de los dos co-directores de la comisión técnica que elaboró los textos. Nos juntamos en el MUVIM porque las cafeterías de los museos son lugares de comida y reunión con un gran valor simbólico. Y la cafetería cumplió aunque, eso sí, Herminio quedó con hambre.

«EL VALOR DEL DISEÑO»

La presentación del nuevo libro de la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana acaparó parte de la conversación. Su diseño es polémico, pero su contenido es sólido y muy útil. Ahora que lo he leído, sé que debería llamarse «Todo lo que un diseñador libre debe saber y nadie supo explicarle».

L’AME DE ALTOLANDÓN
Tras bucear en la parca nevera de vinos del local, encontré una solitaria botella de L’Ame 2005 de las bodegas Altolandón hecho con Malbec y envejecido doce meses en barrica de roble francés. Estaba enterrado entre una docena de vinos vulgares. Resultó muy bueno. Yo le dí una oreja. La otra oreja se la llevó la política de precios del local, porque recién he descubierto que pagamos por la botella dos euros menos que el precio recomendado para los restaurantes por elmundovinos. Tratándose de Valencia, donde muchos locales exageran en los precios de los caldos, fue un día de suerte. Más aun cuando este vino no se puede encontrar a menos de 14 euros las botella. Y yo aun no sabía que en el menú había sopa de calabaza.

EL MENÚ
Y llegó el menú. Pedimos ensaladas de salmón para cuatro, mi sopa de calabaza y segundos de arrocito de pescado para todos. Cuando nos retiraron las cartas, apareció Paco Bascuñán. Eso demuestra que a los diseñadores gráficos los crea el demonio repartidos por el mundo, pero ellos se juntan solitos después en los bares. Paco nos habló de las dos nuevas exposiciones del MUVIM sobre carteles. Y de paso nos conjuramos para tomar una mistelita allí mismo, después de soventar nuestros asuntos culinarios.
Correcta las ensaladas y estupenda mi sopa de calabaza, con su poquito de nuez moscada, pimienta y cebollino. El arroz, sin embargo, aunque bueno, estuvo pasado de pimienta. Se ve que el chef tuvo una mañana picante.

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Carteles de circo de la primera mitad del S. XX  y carteles suizos. Las dos exposiciones en el MUVIM hasta el 1 de febrero de 2009.

PACO BASCUÑÁN Y LOS CARTELES
Salimos a la terraza para tomar los cafés. Cuatrotipos, Victor Palau y Paco Bascuñán brindamos por el poder de la comunicación y el arte. La mistela vale para eso y para más. Llegamos a la conclusión de que los carteles ganan cuando son grandes y que, al menos en cuestiones de diseño, el tamaño importa y nos deja más satisfechos.

TGorria: 6,8

  1. Ambiente: (7) Muy agradable. Lo mejor sería pasarse a media mañana (quien pueda, claro) para ver las exposiciones y luego quedarse a comer. Además, coincidimos con gente interesante (Félix Bella, de Campgràfic, Paco Bascuñan, Carlos Pérez, Amparo Sampedro…)
  2. Lo de comer y beber: (6,5) Sin grandes pretensiones, claro está, una comida bien correcta. Platos bien elaborados, y bien presentados. Por ese precio, muy bien.
  3. Relación calidad/precio: (7) Inmejorable

HerminioJF: 7

  1. Ambiente: (7)
  2. Lo de comer y beber: (-) ¿Me quedé con hambre? Está visto que el estómago vacío me impide también afianzar los recuerdos. No me marcó mucho, para bien y para mal, siento no poder servir de gran ayuda como crítico en este aspecto. Me haré ver los problemas de memoria.
  3. Relación calidad/precio: (7)

Dobiol: 6,8

  1. Ambiente: (7) Sencillo a la par que «ilustrado». El Muvim tiene la programación más potente de la agujereada oferta museística del cap i casal. Los parroquianos no desmerecían. Entre comisarios, funcionarios, organizadores y gente del circo, aquello era bien majo.
  2. Lo de comer y beber: (6,5) Raciones justas. La ensalada bastante normalita. El arroz mucho mejor. Alargamos el café con los últimos rayos de sol en compañía de Victor Palau y Bascuñán en la amplísima terraza con vistas al Circo Gran Fele.
  3. Relación calidad/precio: (7) Muy buena. Hay que probarlo, gente.

JPEREZ: 6,7

  1. Ambiente: (7)
  2. Lo de comer y beber: (6)
  3. Relación calidad/precio: (7)

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Ranking CuatroT(r)ipos
Desde que ponemos nota…. (Queda fuera otro de nuestros favoritos, La Gallineta. Ya volveremos.)

  1. Dukala: 7,6/7/8/7,5=7,53
  2. Atmosphère: 6,8/7,25/8/7=7,26
  3. ArtiCo: 7,25/6,9/6,75/6=6,7
  4. La Almunia: 7,25/6,7/6,5/6,5 = 6,7
  5. La Drassana: 6/5,5/5,8/5,3=5,65
  6. La Safa: 4,6/5,6/6,3/5,6=5,52
  7. Fudd: 4,5/5,3/5,7/5=5,1

El Mercat: plato de cuchara

https://i0.wp.com/www.elcatavinos.com/cocina/imagenes/recetas/100550.1.jpg

javierJPÉREZ.- Fue en octubre. Aun no lo sabíamos, pero tres de los Cuatrotipos estábamos a punto de abandonar en tropel el periódico Levante. Allí hablamos algo de eso. Llegué el primero y pedí una manzanilla con olivitas mientras ojeaba The Economist: crisis, crisis, crisis. Joder ya con la crisis.

El Mercat, (Calle Cura Femenia, 2, Tel: 963 333 067) es una antigua bodega, y eso se nota en el mostrador, el amplio techo, los toneles y los espejos rotulados con decorativas letras huecas pasadas de moda. Es uno de esos locales de sabor añejo que gritan vino en cuanto uno entra. Por eso no pedí cerveza. Porque me parecía mal.

En cuanto hubo «quorum» nos lanzamos a la comida. Hoy plato del día: potaje de garbanzos. Un soberbio platerón, nada aceitoso, con una buena colección de patatas, garbanzos, alguna berza, carne, tocino, morcillica… en fin. Y nada pesado, como ese cocido de mal recuerdo que tomé en Los Madriles.Cuatro Pasos 2006

EL VINO
Tomamos mencía. La mencía es una de mis variedades de vino preferidas. Entre otras razones, porque su hollejo da uno de los mejores orujos, con un fantástico regusto afrutado que nadie pensaría jamás que pueda estar ahí. Total, que nuestro vino fue Cuatro Pasos, mencía 2006. Un vino que triunfó con ese potente plato de cuchara. Pero antes de que los garbanzos llegaran, pedimos entradas: unas croquetas de pollo gordas y de bechamel trabada. Sirvieron para que yo acabara mi manzanilla y Diego, Herminio y Tomás apuraran sus birras.

Los postres fueron buenos. Diego tomó un flan de huevo que le supo bueno, y para Tomás, Herminio y un servidor fueron rodando por la mesa un helado de yogur búlgaro y otro de yogur violeta, con un ligero sabor a frutas del bosque. No estuvo mal El Mercat. Si alguno pasa por el Mercado de Russafa, no es mal sitio para tomarse un plato de algo y un vinico. Y muy a gusto.

  1. Ambiente: (7)
  2. Lo de comer y beber: (7,5)
  3. Relación calidad/precio: (?)  Me pagó Tomás pero no superó los 20 euros.

Ranking CuatroT(r)ipos
Desde que ponemos nota….

Los CuatroTipos tenemos la voluntad de movernos en este segmento de precios que ondula entre los 10 y los 20 euros, aunque en ocasiones lleguemos a los 30, conscientes de que no es una cuenta habitual para pagarla todos los días. Queremos una comida honesta, con algún valor añadido, que se pueda permitir cualquier paisano un día de trabajo a la semana.

  1. Atmosphère: 7,26
  2. El Mercat: 7 (de momento)
  3. ArtiCo: 6,7
  4. La Almunia: 6,7
  5. La Drassana: 5,65
  6. La Safa: 5,52
  7. Fudd: 5,1

Las comidas de ÑH5 (II): Le Cool y las crónicas de una pulpería

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javierJPÉREZ: Ese día comimos lentejas con sepia y llegamos tarde a la primera conferencia vespertina. Fue por una buena causa: las tertulias improvisadas ante una buena mesa tienen el mismo valor que un máster en el RISD. Carlos Javier Valdemoros, de Ideal, en Granada, nos guió hasta O’Cachelo, una pulpería con un menú tan fantástico como poco pretencioso, que haría sonrojar a la mitad de los restaurantes populares valencianos. Diez euros con cincuenta por persona, con café y tres jarras de vino turbio incluidas. Ahí queda eso.
Entre las susodichas lentejas, las patatas adobadas, el rape con almejas, la ensalada de quesos gallegos y un pastel de queso para los postres que nadie excepto yo puede imaginar, hablamos y hablamos.

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En el lado izquierdo de la mesa, el infografista y héroe de mi hijo Xavi, Carlos javier Valdemoros, junto con los Cuatrotipos Diego Obiol y HJF. Al fondo, Fernando Carballo, director de arte de Público. En la parte derecha Diego Areso, el jefe de diseño de Público, tan buen profesional como persona. Un abrazo, Areso. En la parte derecha, y casi saliendo del campo, el fantástico plato de patatas con huevo y chorizo de René Lönngren, director de Le Cool.

renetomas

René Lönngren y Tomás Gorria. El Cuatrotipo y editor de Eines conversa con el fundador de Le Cool. Hay que hablar con René para darse cuenta de que con tesón y confianza en una idea se puede llegar desde cualquier sito al mercado global. El cerebro es el arma.

marti

Martí (el gran jefe de diseño de Diari de Girona), junto con José Santos y Carlos Valdemoros, de Ideal. Al fondo, Diego Obiol y HJF.

lecoollib

LE COOL
Tuvimos oportunidad de hablar de los nuevos proyectos de Le Cool y de la pasión, el sentimiento y el compromiso que debe buscar el diseño en general. Aportar la diferencia es clave para distinguirse en este mundo de comunicación-ruido y captar a los jóvenes lectores. Eso no lo ha entendido aun buena parte de la prensa, pero René lo aplica constantemente en sus iniciativas editoriales. Estuvimos ojeando con René sus nuevas guias de Madrid y Barcelona. Un producto diferente a cualquiera de los que hay en el mercado. Son verdaderas instantáneas del ocio y la vida cultural de las ciudades que retrata, donde la emoción que trasmite cada local también está representada.

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PÚBLICO
Carballo y Areso. Público ha apostado por el periodismo visual. A todos en esta profesión nos interesa que triunfe. Espero que dure siempre y sea suya la victoria del valor añadido que aporta el buen diseño. De Diego Areso tenemos una opinión tan alta en este blog, que cuando me confió (no sé si debo decirlo, perdóname Diego) que Carballo sabe mucho más que él, me sentí muy, muy pequeñito y pedí otro vino.

Queda en mi agenda establecer alguna sinergia de trabajo con Martí, cuya estupenda labor en Diari de Girona ha sorprendido a todos este año, menos a los que ya lo conocíamos. De él, de sus ilustraciones y de sus caricaturas sólo se ha empezado a hablar. Y si no, al tiempo. En realidad, que gran periódico pudimos hacer en aquella pulpería. Un Dream Team tomando vino turbio. Qué les parece.

Las comidas de ÑH5 (I): ¿Mesa para cuarenta?

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javierJPÉREZ.- Zaragoza. Jueves 13 de noviembre. «Hola, somos cuarenta. ¿Nos da de cenar?» Y la respuesta fue sí. No era un salón especializado en bodas, sino un pequeño local en la zaragozana calle Méndez Núñez llamado «La Republicana». Es lo que tienen los locales de pinchos: buena barra, ocho mesas y velocidad de rotación de clientes. A veces es bastante para dar de comer a un auténtico regimiento.

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LOS COMENSALES
Cuatrotipos lideró la propuesta de condumio. No fue mérito nuestro, sino del local. ¿Quién se resiste a un Somontano entre pinchos de puerros al roquefort y calabacines rellenos de merluza? Así, una columna de estrellas del mundo de la comunicación visual atravesó el río Huerva y tomó el casco antiguo de Zaragoza. Oliviero Toscani, Alberto Cairo, Fermín Vilchez, Alessandra Kalko, Carlos Pérez de Rozas, Marisa Flórez, Javier Errea… se acomodaron entre las mesas más nobles y la barra, junto con Álvaro Gil, Eduardo Cruz (Gaceta de los Negocios),  Laura Cruz (Errea Comunicación), José Santos y Carlos Javier Valdemoros (Ideal), Miguel Angel Jimeno de LaBuenaPrensa… , José Luis Peiró, Jesús Riera, Carlos Caneiro… y otros muchos nombres de gente estupenda que espero me disculpe: el pincho de cebolla confitada con queso afecta a mi memoria.

vinasdelveroLA COMIDA Y EL VINO
Degustamos el pimiento relleno de atún, la chistorra con morcilla, la papa con mahonesa, el picadillo de atún, huevo y lechuga o el pollo al curri. Tomamos unas copillas de Viñas del Vero joven, un tinto clásico entre los somontanos con tan sólo cuatro meses de roble, pero no vean como entraba…
Pueden hacerse una idea de la comida pegando un vistazo a la carta. Nuno Vargas, Diego Obiol, el triunvirato de SantaClaraGrafics (Xavi Isern, Sandra Villar y Àngels Soler del equipo de infografía de La Vanguardia) y un servidor compartimos mesa. Sed y hambre se llamaba a lo nuestro. Entre las bromas de Nuno, la simpatía de los SantaClara, las risas de Obiol y mis diátribas apostolares, nos comimos cinco bandejas de pinchos. La otra mitad de Cuatrotipos, HJF y TGorria, junto con Martí Ferrer (el flamante oro de este año en suplementos) Angel Castaños y Amor Muñoz, desaparecieron abrumados por el (tan sólo aparente) colapso del local. Ellos buscaron acomodo en una bodegilla cercana. Lloramos su ausencia hasta bien vacío el segundo vino y luego nos reunimos con ellos para la copas.

Hubo tres comidas más y habrá noticia de todas.

Las comidas perdidas de Cuatrotipos (1)

JPÉREZ.- Un hermoso día de otoño de 2007, Cuatrotipos comió y no hubo reseña en el blog. Y después pasó más veces. Por cada menú sin reseña tengo clavada una espina, pero ahora me las voy a quitar todas. Estas son las comidas perdidas de Cuatrotipos. Doy fe que esto pasó.

Un menú de menos de 6 euros: El comedero de profesores de la Facultad de Historia

Creo que es uno de los más fantásticos sitios para comer bueno y barato de Valencia. Entren ustedes al vestíbulo de la Facultad de Historia. Cojan El País del expositor, y algún otro periódico más, porque allí es gratis. Después tomen el pasillo de la izquierda y elijan una puerta de doble hoja de madera, sin ninguna señal visible, que encontrarán en la pared derecha mientras avanzan por el susodicho corredor. Es allí.

https://i0.wp.com/www.1hostels.com/imagenes/geography&history_faculty_valencia.jpg

COMER POR CINCO EUROS
HJF nos descubrió este comedero de Valencia donde puedes tomar una buena ensalada combinada con un arroz, o una rodaja de pescado asado junto a su guarnición, por menos de 6 euros. Todo estuvo regado con una botella de un buen vinorro navarro más que decente, que fue depositada en la mesa por la camarera sin preguntar. Y después café y todo.
Un buen menú de trabajo por menos de 6 euros es tan necesario que debería contar con la misma protección que el lago de La Albufera.

Restaurante Sargantana: Wino con «W» de wifi

Creo que lo mejor de este restaurante es su materia prima, su espléndida carta de vinos, su política de precios y su conexión inalámbrica para los clientes. Además, tiene amplias cristaleras hacia el sur: calentito en invierno. Todo ello no es poco.

PRIMERO EL VINO

Sargantana, además de una web con los menús, tiene una bien surtida nevera de vinos. Tomamos un Clos Montblanc (Pinot Noir) D.O. Conca de Barberà de 2003, que costó 18 euros. Preguntamos al chef cuál es su política de vinos y nos explicó que cargan los vinos con 5 euros si valen menos de 6 euros, con 10 sin valen entre séis y 15 y con 15 si valen más de 15 euros. Cito de memoria, así que hagan el favor de contrastar en el restaurante si tienen oportunidad. En cualquier caso, puestos a cargar, nos pareció una buena estrategia. Tienen nevera de vinos con un surtido realmente amplio.

Tomé una brocheta con queso, pimienton, berenjena y ternera; ensalada valenciana y un flan de leche gelatinada y caramelo. Eso por 12 euros, IVA incluido y vino a parte. Diego Obiol volvió a tomar el mismo plato que le disgustó la última vez y, claro está, volvió a disgustarle. HJF y Tomás tampoco salieron muy satisfechos pero, lo que son las cosas, lo mío estuvo bien bueno.

Alfàbega, Alfábega, Albahaca

La Alfàbega (Teléfono 963 738 815) a parte de un restaurante «cool», es una bonita forma valenciana de nombrar a la albahaca, aunque sólo cambie la orientación de la tilde en su otra acepción castellana: alfábega. En el número 30 de La Calle Conde Altea está este moderno restaurante con nevera de vinos y una carta sugerente y atractiva.

Era un 12 de enero de 2008, cuando nos acercamos los cuatrotipos a este restaurante de chef mediático. La Alfàbega es un restaurante muy bien montado, con un ambiente agradable y un servicio eficiente. Vale la pena, aunque su precio está entre los 20 y 30 euros, por su carta de vinos divertida, su ambiente, el trato, esa sopa de zanahoria… y el servicio de los arroces. Tomamos un vino mallorquin, Ses Ferritges, por 18 euros. Ya se sabe cómo suben los precios del vino en los restaurantes. Al menos, este no es fácil de encontrar.

Este local comparte vecindad con otros dos comederos que ya hemos reseñado en este blog: Fudd y La Gallineta. La calle Conde Altea tiene un buen peso culinario. En ella se encuentran también Riff, de Bernd Knöller y El Angel Azul, regentado por el chef Miguel Angel García.

Una comida en Maramao

Marzo de 2008 y ambiente pre-fallero. Los Cuatrotipos nos vamos a comer a Maramao (Corretgeria, 37. Teléfono: 96 392 31 74), un italiano de precio inferior a los 25 euros, acogedor y de aire bohemio. Un sitio donde puedes esperar algo más que pizza.

Tomamos vino Ada Minotauro Azul de Navarra, por 15 euros, después de unas cervezas para aplacar el calor del sol fallero. Después vino un Carpaccio de Bresaloa, una berenjena rellena de arroz con pimientos y gambas y, tras ella, bucattini carbonara. Pueden deducir que nos pusimos las botas.

Los Madriles, eh, eh, toro!

Famoso y tradicional local valenciano para comer cocido los miércoles. Ambiente cutre-castizo.. Primero, una sopa de fideos con un caldito muy suaaaave. Después, el compango para estómagos espaciosos y recios, compuesto de chorizo, pollo, panceta curada, ternera, codillo y morcilla. Apuesto a que la decoración folclórico-torera de este pequeño local no ha tenido variaciones en la última década. Es más: si hay porra yo digo que es de hace 50 años. Mi digestión no fue muy buena y prefiero el que hace Agnes, con pelota, y pechuguita. No me lo tomen a mal, pero lo mejor fue nuevamente el vino.

EL VINO
Tomamos un Martinez Lacuesta porque el camarero se limitó a preguntar: ¿quieren vino? A lo cual nosotros contestamos: Sí.

Y nos trajo la botella. No llegamos a ver la carta. Lo cierto es que es un vino de ligero sabor a madera, suavecito, que casaría bien con cualquier plato. Cuesta alrededor de 8 euros en las tiendas. Bajo estas líneas tienen la cuenta. Salimos a 25 euros por barba. Eso sí, busquen el IVA.

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Ranking CuatroT(r)ipos
Desde que ponemos nota…. (Queda fuera nuestro favorito, La Gallineta. Ya volveremos.)

Los CuatroTipos tenemos la voluntad de movernos en este segmento de precios que ondula entre los 10 y los 20 euros, aunque en ocasiones lleguemos a los 30, conscientes de que no es una cuenta habitual para pagarla todos los días. Queremos una comida honesta, con algún valor añadido, que se pueda permitir cualquier paisano un día de trabajo a la semana.

  1. Atmosphère: 6,8/7,25/8/7=7,26
  2. El bodegó de la Sarieta: 7/7,5/6,7/6,8=7
  3. ArtiCo: 7,25/6,9/6,75/6=6,7
  4. La Almunia: 7,25/6,7/6,5/6,5 = 6,7
  5. La Drassana: 6/5,5/5,8/5,3=5,65
  6. La Safa: 4,6/5,6/6,3/5,6=5,52
  7. Fudd: 4,5/5,3/5,7/5=5,1

En el Bodegó de la Sarieta

JPEREZ: Una sarieta, o sàrria, es una pequeña alforja de esparto o palma con un cesto a cada extremo que, atravesado sobre una caballería, servía para transportar carga. El Bodegó de la Sarieta está en Juristas, 4, Valencia, 963 923 538. Con ese nombre, desde luego, no tendrá en carta esferas de alga.

Esta vez llegué yo el primero con permiso de Dobiol, quien tardó pese a ir en bici. Había tiempo por delante, así que abrí mi revistica y luego busqué con ojos de fiera la mirada del camarero. Con una contracción de pupilas dejé claras mis intenciones: una cerveza, por favor, y unas olivas.

La cerveza era una Warsteiner, alemana, la más rubia que yo haya visto. Con los encurtidos me sentó de maravilla. Cuando no quedaba en mi vaso más que la zurrapa, llegó Tomás dispuesto a ayudarme con las olivas. Gracias, amigo. Y en eso apareció también DObiol.

-HJF nos hace quedar cerca de su casa y siempre llega tarde-rajó Dobiol. Después puso cara condescendiente y se fijó en la Warsteiner espumeante. -Yo quiero una, dijo.

A HJF le pitó un oído. Después entró al comedor. Hoy los motoristas han llegado los últimos. Somos cuatro y hay menú.

VIVA EL BODEGÓ DE LA SARIETA

Vale 20 euros sin bebida. Consiste en una tapa, un plato principal y un postre de los caseros, entre los cuales podemos encontrar, además de helados y tartas, frutas y zumos de naranja recién exprimidos. Eso, en los tiempos que corren, es un valor añadido. Hay sitios en valencia donde comerán mejor (y más caro) pero muy pocos con tanta oferta de platos y, al menos los que probamos, tan amablemente resueltos. Pienso en el Bermell, y le da un aire. El bodegó de la Sarieta es un comedor fresco, con unos grandes arcos que abren el pequeño salón a la calle y casi lo convierten en una terraza. Se me antoja fantástico para ver llover.

El arroz de verduras.

LA COMIDA

Entre una larga lista de tapas con nombres tradicionales de la cocina española y valenciana, elegimos los michirones, un revuelto de setas, patatas con huevo de codorniz, morteruelo servido en un lecho de ensalada y unas puntillas con ajetes tiernos. En los segundos nos volcamos con la cuchara: olleta alcoyana, arroz en caldero de atún, otro igual de marisco y un tercero de conejo y alcachofas. El tiramisú era casero y los zumitos estaban estupendos.

Olleta alcoiana

COMO EL QUICO

Tras las tapas ya vimos que íbamos a salir del restaurante en parihuelas pero, una vez asumido ese destino, nos entró el valor y los Cuatrocomilones arrasamos con los segundos. Estuvimos tentados de pedir otra botella de vino de Nuviana, un Chardonnay con Cabernet Sauvignon de la D.O. Valle del Cinca, a unos cuatro o cinco euros en Carrefour, que encontramos en la carta por unos contenidos 11 pavetes. Bien. Nos bastó con una botella. Y luego hay quien dice que chupamos más que los naranjos. No es tal, aunque tampoco somos cactos.

EL PRECIO

Discutamos esto. Fuimos cuatro, tomamos cerveza, vino, café y salimos pesando como cinco. Nos costó 108 euros. Eso hacen 27 euros por barba. ¿Es eso caro? Miro mi cara en el espejo de la bici de DObiol y veo mi sonrisa reflejada en él. No sonrío cuando como caro.

Diego Obiol(6,83)

  1. Ambiente: (6) Alicatado de azulejo típicamente valenciano hasta las cejas. Es el típico sitio que haría huír al habitante moderniki del barrio del Carmen y que adoran los guiris. No apasiona porque es algo casposillo, pero es ámplio y dispone de dos espacios bien diferenciados: uno casi a pie de calle y otro tipo cueva bastante tranquilo gracias a sus recovecos.
  2. Lo de comer y beber: (7,5) Con una carta amplísima, llena de tapas y platos típicamente valencianos, buena materia prima, y buen servicio es casi imposible no acertar. Además, El Bodegó, tiene un peculiar menú de tapa-plato-postre gracias al cual, si tus compañeros de mesa te lo permiten, puedes comer como un cosaco porque las raciones son generosas. Desgraciadamente, mi puntilla rebozada con ajos tiernos me supo a poco con los otros tres pantagrueles. El blanco que eligió Javi fue todo un acierto.
  3. Relación calidad/precio: (7) Le tengo un especial cariño a este local porque tengo una larga relación casi masoquista con él, dado que cada año ceno allí, de manera ya tradicional, con mis (otros) colegas el día más inapropiado que uno pueda imaginar en Valencia: ‘la nit de foc’, la noche grande de las fallas y la más complicada del año para un negocio de restauración en el cap i casal. Aún así salimos de allí bien servidos, como ocurrió el otro día con mis colegas cuatrot(r)ipos. No hay duda de que volveré, y no sólo la noche del 18 de marzo.

Tomás Gorria:(6,7)

  1. Ambiente: (7) Un sitio agradable, en el corazón de la ciudad. Yo les comentaba a mis amigos 4t que no volvía por alli desde hacía dos décadas, cuando este restaurante apoyaba publicitariamente una publicación que editabamos al final de los ochenta (Malahierba, premsa alternativa y ecologista, de la que hablaremos otro día) y no era broma. En esos años, el local se ha ido llenado de carteles y refleja un poco la evolución cultural de la ciudad. No hay cobertura de móvil, y eso a veces mola. Tiene un punto Curro Jimenez, pero en general es agradable.
  2. Lo de comer y beber: (6,5) En estos días de polémicas gastronómicas, el Bodegó apostaría sin duda por las tesis de Santamaría. Poca química, experiencia en los fogones y buenos productos, que más se puede pedir. (Nos contaron la receta de les faves bullides o michirones), Los arroces, en su punto, recomendable pedir varios y probarlos entre todos.
  3. Relación calidad/precio: (6,5)

HerminioJF.-:(nota)

  1. Ambiente: (7,0): Castizo y tradicional, sin exageraciones. Un local que encaja perfectamente con su ubicación en las callejuelas del casco histórico, al pie del Micalet. Y ya sé que estaba junto a casa, pero es que me gusta hacerme de esperar.
  2. Lo de comer y beber: (8,0) Por la noche no pude ni cenar. ¡Raciones viriles, por fin!
  3. Relación calidad/precio: (7,5): Un precio razonable para darse un racial homenaje de arroz a la valenciana de vez en cuando.

JPÉREZ:(7)

  1. Ambiente: (7,000)
  2. Lo de comer y beber: (7,127 )
  3. Relación calidad/precio: (6,566)

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Ranking CuatroT(r)ipos
Desde que ponemos nota…. (Queda fuera nuestro favorito, La Gallineta. Ya volveremos.)

Los CuatroTipos tenemos la voluntad de movernos en este segmento de precios que ondula entre los 10 y los 20 euros, aunque en ocasiones lleguemos a los 30, conscientes de que no es una cuenta habitual para pagarla todos los días. Queremos una comida honesta, con algún valor añadido, que se pueda permitir cualquier paisano un día de trabajo a la semana. Aunque en realidad, el Bodegó de la Sarieta se nos escapó del precio. Nadie es perfecto.

  1. Atmosphère: 6,8/7,25/8/7=7,26
  2. ArtiCo: 7,25/6,9/6,75/6=6,7
  3. La Almunia: 7,25/6,7/6,5/6,5 = 6,7
  4. La Drassana: 6/5,5/5,8/5,3=5,65
  5. La Safa: 4,6/5,6/6,3/5,6=5,52
  6. Fudd: 4,5/5,3/5,7/5=5,1

Lletraferits&CuatroTipos: tipeuà en la Gallineta (I)

JPÉREZ: Sacó su carta de pantones sin siquiera pestañear. La soltó y cayó como un taco de plomo sobre la mesa larga de La Gallineta preparada para 10 comensales. Pantones. DObiol miró los colores «uncoated» de reojo mientras tomaba una Beck’s de 5 grados, una alemana de alma suave y genio bravo que fabrican en Bremen desde 1873. En La Gallineta, el restaurante de las cervezas sorprendentes, había tomate.

La carta de pantones era de Victor Palau, un elemento de la naturaleza que tiene refugio en su soleado estudio de la calle San Vicente. Aun no estaba la carta de pantones quieta sobre la mesa cuando DObiol ya había medido el tono de la Beck’s: verde pantone 362 en botella y dorado 115 en el líquido interior. Si esto no es una enfermedad, necesitamos otra opinión médica.

Con Victor llegó Angel Tipodé, con su misterioso portapapeles de cuero a la espalda, presuntamente lleno de nuevas tipografías elaboradas en su taller de Godella. Tras ellos, Dídac Ballester escoltó a los tres pesos pesados de la reunión: el homenajeado Andreu Balius, Paco Bascuñán el único y José Luis Campgràfic Martín, el editor imprescidible. Todos tomaron asiento y fueron pidiendo sus Beck’s puntualmente. Mientras tanto, Gorria y yo, sentaditos cerca del russafí Jaume  (inklude) Mulet, contábamos hasta 10 y ya estábamos todos. ¿Todos? No. Faltaba HJF, exiliado en Sevilla por un asunto de trabajo. Aun está lamentandose por no haber podido asistir.

LA TIPEUÀ:

Una de las 235 ideas por segundo a las que es capaz de desafiar Tomas Gorria, le recogió una vez el guante: preparar una fideuà con sopa de letras. Tomás la ensayó en su casa junto al resto de los CuatroTipos y fue un éxito, así que pedimos al chef de la Gallineta que nos hiciera otra para la ocasión. Y eso hizo. Entre plato y plato de arroz de pescado con cigalas y un estupendo cordero a la menta, la gran sorpresa de la tarde para estos enfermos de tipografía fue una tapita de Tipeuà sobre la que se pronunció Balius: «Sin duda, esta hecha con Fontsoup», dijo.

EL VINO

La Gallineta no defraudó. Tras sus entrantes de olivitas variadas, morcilla frita con manzana, y esgarrat, ya saben lo que pasó. Y para pasar, mejor que pase con vino: un Mestizaje 2006, de bodegas Mustiguillo, se portó como esperábamos. Su etiqueta reconoce 14,5 grados, pero sospechamos que se queda corta. Bravo por nosotros. La llluvia de ideas que salió de la comida dará para otra reseña.