CuatroTipos

Diseño periodístico y más.

Archivo de mayo 29, 2007

Play/Pause/Recorder

HerminioJF.-Hubo tiempos heroicos en los que el mp3 no existía, y el CD apenas era una quimera inasequible propia de equipos HIFI japoneses. Por entonces las siglas CD-R (y ya no te digo CD-RW) y los grabadores domésticos de CompactDiscs eran ideas apenas esbozadas en los laboratorios de la Sony. En aquellos años intercambiábamos música torpemente mediante cintas vírgenes de cassette gracias a la imprescindible doble platina. Armados de paciencia, eran cintas que tardaban horas en grabarse, algo que con el tiempo se vió parcialmente aliviado gracias a ‘la doble velocidad de grabación’. ¿Recuerdan?

El funcionamiento del cassete era un misterio en si mismo digno de un monográfico de Milenio 3. Uno nunca sabía si en la cintas de Bon Jovi o Radio Futura que con tanto cariño grabábamos para los amigos o las primeras novias, las mejores canciones acabarían cortadas al final de la cara B, o si terminarían sonando inaudibles, con un chisporroteo insoportable. Tampoco nadie sabía explicar de manera solvente si era mejor el Cromo, el Metal o el Ferro o qué azares del destino hacían que se descuaringara la cinta al hacer stop tras un impetuoso rewind y nos impediría llegar a tiempo para grabarnos aquella canción de Madonna que Ferandisco estaban pinchando en los 40 Principales.

Pero pese a tratarse de un formato imperfecto y superado, muchos aún acumulamos en cajones del dormitorio aquellas viejas cintas: toneladas de plástico negro que reclaman ser recicladas, carátulas rayadas acumulando polvo, inútiles pegatinas listadas en blanco, solo aptas para aquellas cassettes de discutible diseño futurista. Esta claro que nos cuesta deshacernos de nuestros recuerdos a pesar de que ya no nos resulten de mucha utilidad. Ahí siguen, irrecuperables, porque hace años que las platinas desaparecieron de nuestros coches y Junco, Los Chungitos y Camela dejaron de expenderse en su formato nativo de expositor de gasolinera.

Nuestro amigo el diseñador Xavi Sepúlveda nos ha pasado hoy el link de la web Tapedeck donde podemos recordar con nostalgia 138 cintas de audio vírgenes, dispositivos de grabación de audio barridos del mercado en los 90, pero en las que permanece grabada la banda sonora de nuestros primeros besos en el instituto. Desde BASF a TDK, desde los 30 a la cífra récord de 120 minutos de grabación.

Y un complemento ideal: PolarAlert nos muestra 100 carátulas, generalmente de recargada tipografía Sans Serif, aspecto retrofuturista y colores chillones, que envolvían nuestras cintas. Merecen un respeto: el ominoso diseño de los 80 vivió discutibles momentos de gloria con Naranjito y el Renault 5 Copa Turbo pero hay otras obras más humildes del diseño gráfico industrial que deben ser rescatadas, pese a haber sido creadas con una intención mucho menos transcendente. Horrendas algunas, incomprensibles otras, pero entrañables al fin y al cabo todas, los diseñadores se apañaban en la era preinformática para promocionar sus productos en la estantería tan solo con el poder de la tipografía más contundente, sin ninguna imagen y con colores planos. Vean, vean y lloren conmigo.

  • TapeDeck: galería de fotos de 138 cintas vírgenes de cassette.
  • PolarAlert, 100 carátulas de cintas vírgenes de cassette.

Elecciones 2007: el trabajo en un periódico

JPÉREZ: El martes 29 de mayo a las 00:35 horas salí de mi periódico-madriguera y bostecé después del segundo día de trabajo intenso. Dos tareas han concentrado mi atención estos últimos 4 días: 1) Las tablas de resultados electorales. 2) El mapa de votos municipales.

Las tablas de resultados:

Levante publicó el lunes ocho páginas con los resultados electorales de todos los pueblos de la Comunidad Valenciana comparados con los resultados obtenidos en esos mismos pueblos en 2003. Para el diseñador, eso significa gestionar 35.157 datos en un espacio siempre menor que el recomendable. Naturalmente, es imposible escribirlos a mano. El jueves 24 de mayo conseguimos la información precisa sobre cómo iban a llegar esos datos desde el dispositivo que la empresa INDRA monta para el Ministerio del Interior. Con esa información en la mano, comenzó el trabajo codo con codo con Rafa Montaner, un minucioso periodista licenciado en Geografía e Historia y experto en el manejo de hojas de cálculo. Juntos, precisamos los datos que saldrían en cada tabla.
El día de las elecciones, domingo 27, me dedique a ajustar las tablas a los requerimientos de la edición (númeracion de las páginas, cabeceras, orden definitivo de los datos, etc). A las 10 de la noche, el Ministerio del Interior comenzó a enviar los archivos de texto con los resultados cada 15 minutos. Mi compañero Rafa los introducía en las hojas de cálculo y discriminaba los datos que las tablas requerían. Yo estaba de apoyo, contrastando datos y respondiendo a sus preguntas. Después, cuando una provincia quedaba completa, el fichero llegaba a mis manos. Abrir. Copiar. Pegar. Todo perfecto en las tablas de Autonómicas. ¿Tan fácil? No. Llegaban las municipales.
Las municipales son más complejas porque los nombres de los partidos en coalición superaban el espacio preparado para ellos en las tablas y las tabulaciones se volvían locas. Estaba previsto seleccionar cada uno de esos largos nombres y cambiarlo por otro más corto con una función automática pero, he aquí el imprevisto, los nombres tenían ligeras variaciones que hacían imposible el cambio automático: había que hacerlo manualmente. Odio ese trabajo. A las 12 acabamos la primera edición. A la 1,3o acabamos la segunda edición. Me duelen los dedos. La cena fue mala. Son las 2,30. Me voy a casa.

El mapa del voto municipal

Al día siguiente tocaba el mapa. La idea es colorear cada término municipal según el partido más votado en cada término municipal. Un color intenso para las mayorías absolutas y un color suave para las mayorías relativas. Un número en cada término municipal identifica el nombre en una lista donde está el número exacto de concejales que el partido ha conseguido y cuántos son la mayoría absoluta. Son 541 términos municipales. En realidad es demasiado trabajo para hacerlo en un sólo día, aun con la inestimable ayuda de tipo HJF, que sacrificó su vista y sus cervicales escudriñando listas de concejales y pintando colores. Allá vamos.

Rafa prepara las tablas con los datos necesarios y las imprime. Herminio y yo las recogemos y comenzamos a colorear. Él comienza por Alicante y yo por Valencia. Cuando llevamos un rato, caemos en la cuenta de que los datos que tenemos no son los idóneos. Si continuamos habrá errores. Pedimos nuevas listas y corregimos lo que tenemos hecho. Alrededor de las 22:00 horas Herminio ha acabado con el último pueblo y yo ya estoy preparando la página con las listas de nombres y el mapa. Herminio se va y yo continúo con la página. A las 23:45 horas el mapa está listo. Me duelen los dedos. Tengo sueño.

PD: Tanto trabajo y las listas electorales salieron con errores. unos 50 pueblos de la Comunidad Valenciana salieron con los datos cambiados. ¿El ministerio cambió el orden de los pueblos? ¿Rafa se equivocó en el orden? ¿Confeccioné yo mal la tabla? No importa. Era demasiado trabajo. No hubo tiempo de contrastar. Publicamos una rectificación el martes 29. La inmediatez ganó a la precisión. Se rompió ese equilibrio tan difícil entre lo que puedes hacer y el tiempo que tienes para hacerlo.

PD2: Tanto trabajo y las listas de «Alicante» en el mapa electoral saleron con el encabezamiento de «Valencia». ¿Bizqueé yo al corregir? Sin duda. ¿Bizqueó al corregir el redactor de cierre? No importa. Era demasiado trabajo. Es el mal del periodismo diario. Inmediatez contra precision. Siempre estamos luchando en esa batalla.

Arranquismo

Dobiol. Aunque la cosa es como para arrancarse la camisa cual gitano en la boda de su hija no voy a escribir del dichoso estado de «catarsis ideológica» en que nos hemos quedado algunos (otros prefieren aplazarla) desde la noche del domingo. Lo cierto es que el arranquismo que motiva este post es un fenómeno muy de postcampaña electoral, al menos de las de hace unos años. Ya no es posible ver a nuestros futuros gobernantes cubo de cola y brocha en mano, y lo que se lleva ahora es la pegada de carteles virtual. Es bastante menos fotogénico y cercano al populacho, pero mucho más ecológico.

pegada

Según el autor del proyecto, Claudio Pousada aka Santotipo (una más de las envidiables iniciativas tipográficas latinas), el arranquismo sería el resultado gráfico de arrancar las comunicaciones impresas de la vía pública. Un fenómeno que «genera de manera espontánea un sinnúmero de nuevas situaciones de comunicación. Este fenómeno social está asumido como «parte del paisaje» en nuestra visión de lo urbano, pasando totalmente desapercibido en la cotidianidad».
El proyecto de Santipo tipo trata de recoger esta estética, que eleva directamente estas comunicaciones espontáneas a la categoría de obra artística. Así, «los arrancadores serían artistas. Los transeúntes, críticos de arte».


La iniciativa tiene sus normas, puesto que la máxima es no tocar las piezas y, sobretodo «Nunca producir un Arranquismo. Sólo caminar, percibir y rescatar». Es el gesto casual y anónimo lo que da valor a la imagen. El rescate de lo cotidiano, de lo que «no se mira», de lo que es considerado casi «basura urbana». Y yendo más allá, cualquier peatón que observa se convierte en cómplice.
Un ejercicio de esos que tanto le gusta al TipoGorria, la observación de las cosas que encontramos más allá de lo obvio. De eso ha dejado unas cuentas muestras en su galería de flickr (esto sería una cesión de autobombing).

Leo en un viejo post de Isopixel sobre el arranquismo que ya en los años 60 Ernst Haas, pionero de la fotografía en color, hizo algo similar realizando composiciones abstractas en arranques y demás objetos cotidianos urbanos como latas aplastadas, telas pisadas, manchas de aceite…
Lo cierto es que este acto, inconsciente o no, parece irremediablemente ligado a una estética que dice mucho de rebeldía y descontento. Asuntos que a día de hoy, como los viejos carteles electorales, parecen olvidados entre tanta «uve» de victoria y conformismo desganado.

Amad al ayer, Leonor, tronó el Rey a la dama

M. C. Escher, Manos dibujándose, 1948.

HJF.-Tendríais que ver al pobre TGorria caminando cabizbajo por la redacción tras los desconcertantes resultados electorales de ayer. Y parece que no es el único. En fin, para animarle un pelín me he decidido a enviarle un regalo, habida cuenta de su confesado amor por los palíndromos (del griego palin dromein, volver a ir hacia atrás), que como sabéis es una palabra, número o frase que se lee igual hacia adelante que hacia atrás y que si se trata de un número, le llamamos capicúa. En palíndromo que titula este post, es del cantautor Javier Krahe, que es una debilidad. Aunque el más conocido supongo que será el venerable «dábale arroz a la zorra el abad».

M. C. Escher. Cinta de Mobius II.

Durante los últimos 15 años, el músico Victor Carbajo ha ido creando palíndromos, hasta llegar a la cifra récord de 16.077, que sumados a los que ha ido recopilando de diferentes autores alcanza los 36.000. Todos están recogidos en este gigantesco PDF, de 716 páginas (1,8 Mb), que os podéis descargar desde aquí.

M. C. Escher. Profundidad.

Eso significa entretenimiento de sobra para toda la legislatura que viene, a 25 palíndromos diarios. Sé que no es mucho consuelo, pero algo es algo, Tomaset. Ánimo. 😉

  • Las imágenes son del artista y matemático holandés Maurits Cornelis Escher (1898/1972), el mago Tamariz de la creación artística. Aquí encontraréis una fascinante galería de ilustraciones suyas en alta resolución.