TGorria. En mayo de 1982, quince meses después del tejerazo y con el muro de Berlín todavía en pie, el parlamento español ratificó la propuesta del gobierno de Calvo Sotelo y España se convirtió en el socio número 16 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN por estos lares). La postura del PSOE de Felipe González (años atrás ferviente antiatlantista) a esta adhesión se tradujo en una de las campañas más enigmáticas de la política contemporánea exigiendo un referéndum pero con una ambiguedad (calculada?) manifiesta y sin dejar nada clara la postura ante el mismo.
Eran los años del letraset y la American Typewriter y esto mismo levantó también algunas suspicacias. En octubre de 1982, el PSOE arrasó en las elecciones con la promesa de convocar un referéndum sobre la OTAN y cuatro años más tarde, en marzo de 1986, se convocó la consulta popular en la que la derecha de AP, liderada por Fraga, propugnaba la abstención (!), el PSOE la permanencia y la izquierda la salida.
En aquella época uno andaba viviendo sin un rumbo profesional demasiado claro, con una carrera sin acabar y trabajando en lo que salía. Participando en actividades poco recomendables, en revistas alternativas y cosas así. Pero una tarde, garabateando en un cuaderno, esbozé en letras grotescas la abreviatura de la OTAN, y añadi en forma de trazo una «v» al principio y una «o» al final. Posiblemente una de las ocurrencias más brillantes (perdon por la inmodestia) que tuve nunca. No conocemos la influencia de todo ello en el fracaso de la izquierda de aquella convocatoria, pero el resultado inauguró una epoca que llego a denominarse «El desencanto» y fue el inicio de la perdida de influencia política de la izquierda no socialdemócrata.
La casualidad hizo que descubriera el mensaje escondido en aquellas siglas. Asi, que se lo comenté a un amigo que andaba en la organización de la oposición y unos días más tarde encontré que se había utilizado en la campaña unitaria de la izquierda a nivel nacional, en carteles, pegatinas y chapas. Algún diseñador con criterio resolvió el anagrama con Franklin Gothic y un trazo bien resuelto. La verdad es que nunca cobré un duro por aquello (tampoco lo pretendía) pero tampoco aparecí como autor de aquel diseño ni sé si alguien se apropió de su autoría. Asi que veintipico años después, no creo que se me pueda negar el derecho a utiizar este blog para reivindicarlo y reclamar un par de líneas en la historia del diseño grafico español de finales del siglo XX…
En fin, la cosa es que el otro día dandóle vuelas a un posible diseño para una chapa contra el canon digital (que me parece un atentado al sentido común) también descubrí un mensaje oculto en la propia palabra, y pensé en una solución similar a la de la OTAN. Se ve que la neurona que se encendió aquella otra tarde continúa operativa. Yo creo que el mensaje es obvio, y lo ofrezco también por si queréis utilizarlo en cualquier soporte, aunque si queréis chapas ya elaboradas (de 38 mm) os las puedo enviar a vuelta de correo (gorria@mac.com). En este caso he utilizado Good, del tipógrafo polaco Lukasz Dziedzic, la tipografía con la que salgo últimamente.
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CuatroTipos 
Genial. Si no os importa, me lo llevo.