CuatroTipos

Diseño periodístico y más.

El ADN de Le Monde

(Dedicado a Toni Piqué, subscriptor de Le Monde, que tuvo a bien encargarme este post.)

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Sarkozy, afloja la pasta.

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HerminioJF.-Ayer lunes un periódico de renombre internacional formato berlinés —a medio camino entre el tamaño sábana y el tabloide— incluyó un suplemento de economía de 12 páginas, pero sólo empleó 2 de sus 40 páginas para hablar de deporte (5%), porque el fútbol es algo poco intelectual. Ese periódico es Le Monde, rebautizado por Juan Varela como «icono de la izquierda exquisita francesa y de la excepcionalidad cultural», y ayer estrenó su nuevo rediseño, con claras referencias a The Guardian. Sin embargo éste rotativo británico ofrecía ayer, entre otras cosas, un cuaderno deportivo de 16 páginas, y  un suplemento arrevistado de reportajes atrevido visualmente, lleno de imaginación, y no exento de humor británico: El aclamado G2, de 32 páginas, que hace años que ha inspirado a periódicos de todo el mundo, imitándolo algunos incluso en su nombre (T2 del The Times, P2 de Público de Portugal, O2 del Observador de Uruguay…). Cierto que, pese a sus obvias coincidencias ideológicas, periodísticas, y cada vez más estéticas, Le Monde y The Guardian no son lo mismo y, quizás, no debieran serlo nunca. Pero recordarán que Sarkozy anunció la semana pasada una mordaza plan de 600 millones de euros en tres años para salvar la prensa escrita francesa, y la medida más espectacular del proyecto consistía en que los jóvenes galos de 18 años podrían elegir un periódico para recibirlo gratuitamente durante 12 meses. Y yo creo que al menos a los jóvenes de 18 años les gusta el fútbol, quizás algo más que una crónica estupenda sobre la crisis en Islandia. Cierto que no es fácil ni conveniente andar jugando con el ADN de los periódicos:  T*P* me recuerda que nadie espera deportes de Le Monde, y que si vives en Tolousse y te gusta el fútbol te compras L’Equipe. «Los vicios que se los pague cada uno», bromea. Visto el rediseño de Le Monde, que mantiene intacto su código genético en forma de textos largos y analíticos, breves poco breves y un palpable desdén por los fenómenos aparentemente más superfluos de la cultura popular, si yo fuera un joven francés de 18 años —quién los pillara—, ya que Sarkozy se presta a pagarme mis vicios informativos, preferiría pedirle una tarifa plana de ADSL.

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Antes: Primeras 7 páginas del último número con el viejo diseño, 25 de enero de 2009.

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Después: Primeras 7 páginas de Le Monde del Martes 27 enero de 2009.

Hay que reconocer que Le Monde es un diario distinto, también es verdad, y que hacer concesiones no le resulta fácil. Hasta su anterior rediseño en 2005 —que sí supuso una renovación más acentuada, no sé si como para calificarla de «maravilla»no incluía fotos dominando su portada, y es el último  de los grandes periódicos vespertinos del pasado que sobrevive. Por eso, aunque el rediseño se estrenó ayer por la tarde, el periódico aparece con fecha de martes, y ha llegado hoy a los quioscos españoles. No había prisa: Le Monde es un diario de análisis y lectura reposada en estos tiempos en los que parece que ninguno tenemos tiempo para leer reposadamente excepto los domingos, justo cuando no se publica Le Monde. ¿Deberían haber aprovechado este rediseño para hacer concesiones? ¿Aumentar los contenidos presuntamente más «populares», como deportes? ¿Rejuvenecer su apariencia, y aligerar, al menos en algunas secciones, ese aspecto severo e inasequible?. No hay una fácil respuesta, o desde luego yo no la tengo. Hoy en día los periódicos somos iconos, poco más. Nuestra información está colgada en la web antes que en el quiosco. Somos prácticos para arrugarnos en la playa, usarnos y abandonarnos en los vagones de tren sin cobertura, no padecer si caen unas gotas de café del bar sobre el papel; para lo demás ya esta el LeMonde.fr, líder de audiencia. Y hay cierta gente a la que le altera mucho que les toquen los iconos; entre ellos quizás los ávidos lectores de Le Monde, una especie peculiar que no digo que hoy hayan dado un paso más camino de su extinción, querido T*P*, pero tampoco han dado un paso en el sentido contrario, me temo: El acido desoxirribonucleico de este diario parece estar tan arraigado, que alterarlo supone un riesgo que esta vez no han querido forzar.

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Le Monde a principios de siglo XXI

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Le Monde, rediseño de Palmer&Watson de 2005

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Le Monde, Portada de hoy martes (fechada miércoles 28 de enero). Rediseño interno.

Aunque valoro las ligeras mejoras en su interior, su nueva portada muestra un curioso revisionismo respecto a su rediseño del 2005. Al menos en los dos primeros números, la fotografía deja de ser el motivo principal, una catarata de titulares ocupan su sitio, y la viñeta de Plantú vuelve a ser la imagen de referencia, aunque en una posición secundaria y compitiendo con la publicidad. El pueblo francés se atrevió a guillotinar el Antiguo Régimen hace más de 200 años pero Le Monde ha tardado tan solo tres en abolir en su portada el nuevo orden impuesto por la teoría del Centro de Impacto Visual que acuñara Mario García en 1983. Hoy mísmo J. Antonio Giner/Innovation (otro Guardianólogo militante, como yo) reclamaba a su modo portadas más sorprendentes a los diarios. Me dirán que los periódicos se hacen para ser leídos, no para ser vistos, claro. Pero si lo que querían era un análisis sobre los (discretos) cambios en los contenidos mejor que acudan al artículo de Juan Varela hoy en  Periodistas21. Sin embargo sabían que esto es un blog de diseño y confieso que yo no sé francés, así que a falta de ver cómo evoluciona Le Monde, si paso por París y no quiero un periódico visualmente previsible y conformista, en el que ya sepa cómo va a estar diseñada la página siguiente, me tendré que comprar el Libération.

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Antes: Páginas interiores del antiguo Le Monde de Domingo 25 de enero 2009

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Después: Páginas interiores del nuevo Le Monde del Martes 27 de enero 2009

A lo que vamos. Sin rencor por el desaire del CIV, pero sin ninguna clase de entusiasmo, el propio Mario García nos recuerda en su blog que el nuevo Le Monde no trae ninguna sorpresa: «Sólo una limpieza básica, un uso más potente de los titulares y las fotografías, y, para Le Monde, una aproximación en 2009 a los que muchos otros diarios de todo el mundo hicieron hace diez o más años». No es mucho, pero tampoco está mal. Y como cumple las dos únicas premisas que le pongo a un rediseño, que es que mejore lo anterior y no pierda su identidad respecto a la competencia directa (Le Figaro, Libération), le pongo a Le Monde un aprobado, tan liviano como sus cambios. Me gusta menos la nueva tipografía de titulares que la anterior, pero más su empleo. La nueva tipografía no tiene la personalidad y sutilidad de la Rocky de Matthew Carter, con esos peculiares remates afilados, pero antes su titulación de «hard news» era pequeña (está en formato berlinés y el tamaño importa aún más), y usaban una tosca negrita condensada que le confería muy poca delicadeza. Ahora los titulares muestran más aire, pese a que la tipografía es menos modulada y elegante. Le Monde debilita los titulares, pero a semejanza de The Guardian (que cambió la contundente Helvética Bold por una versión ligera de la Guardian Egyptian) compensa esa pérdida de impacto visual —aunque no siempre lo logra—haciéndonlos más grandes, separándolos con blancos del texto de lectura (aka, «titulares flotantes»), y estructurando la página con bandas separadoras muy gruesas, y tramas en los epígrafes y cintillos. La separación podría haber sido más sutil…o no. La cuestión es que las gruesas bandas a 12 puntos cumplen su función, y que a simple vista los bloques informativos están mejor señalizados.

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Antes: Páginas finales del viejo Le Monde del 25 de enero 2009

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Después: Páginas finales del nuevo Le Monde del Martes 27 de enero 2009

También emplea más apoyos y microdespieces (aunque con mucha discrección… como The Guardian), usando un texto de contraste (Sans negrita), que van mejor a la hora de dar variedad al color tipográfico de los largos bloques de texto de un Le Monde que ha decidido no darle a la tijera. Y no se lo reprocho, que para lecturas cortas ya está el Twitter, siempre que las historias estén bien escritas, como es el caso de Le Monde. Sigue estando lejos de ser un diario de lectura fragmentaria, pero algunos nuevos bloques de breves inferores y superiores con diferentes soluciones de texto y de imagen que le dan más variedad a las páginas que antes. Me gusta más la navegación, con cabeceras de sección más homogéneas, y folios menos chirriantes. La fotografía muestra aparentemente tamaños más generosos en su interior que en el pasado, aunque sin pasarse, excepto en la página 3 que parece que en adelante ofrecerá una aspecto más impactante con la foto a 5 columnas. (Mario García bromea diciendo que en la redacción algún editor estará llorando ante tan irreparable pérdida de masa de texto)

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Más llamativos son los cambios en el segundo cuaderno de economía de hoy martes, lo que promete nuevos aires en los suplementos. Más variedad de formatos de texto, apoyos y breves, y titulares a mayor tamaño. En todo caso, conscientes de que los cambios de Le Monde serán percibidos por sus lectores como ajustes de menor entidad, han sido discretos al anunciar los cambios, y al revés que en 2005, esta vez no ha habido suplemento de rediseño, y han solventado el delicado asunto del agit/prop de la renovación con un discreto articulo editoral de su director Eric Fottorino.

Más sobre el nuevo Le Monde:

y, por supuesto. Leálo todo antes en Paper Papers. El sábado 24 ya lo anticipaba Toni Piqué en Le Monde (suspiro)

6 comentarios»

  T*P* wrote @

G E N I A L
En serio, muerto Marcial, eres el más grande.
80% de acuerdo. El restante 20% Léanlo (Antes o Después) En PaperPapers

  Juan Antonio Giner wrote @

Herminio, poco se puede añadir a esta momnografía sobre el nuevo Le Monde.

Solo añadir que en Diciembre del año pasado INNOVATION fue invitada por loseditores y directores de Le Monde para discutir sus planes de cambio y conocer nuestra opinion.

Pues, bien; tras muchas horas de discusión nuestro consejo fue hacer «Cuisine dui Marché».

Lo que han hecho es, desgraciadamente, ir hacia la «Macdonilización de Le Monde»

Kaputt!

  tomas gorria wrote @

Siempre me sorprendió el bajo nivel del diseño de los periodicos franceses. Lamentablemente, el rediseño de Le Monde no ha elevado el listón, en el que Liberation emerge como una isla solitaria… Con lo que está cayendo por aquí y con la pasta prometida por de Sarkozy, quizás sea hora de refrescar el francés que aprendimos en el cole y empezar a ofrecer el talento ibérico en los periódicos franceses, que algo de esa pasta deberán gastarse en rediseños…
Tomas Gorria.

  vpalau wrote @

¿Deberían haber aprovechado este rediseño para hacer concesiones? Hay que preguntas… se podrían aprovechar estas cosas para tanto. Buen artículo!

  cuatrotipos wrote @

Gracias T*P* y JAG por pasaros por aquí y por dejar comentarios. Un honor.

Tomás y Víctor, os quiero mucho, pero es que os tengo más a mano 😉

[…] discreto rediseño de Le Monde del pasado 27 de enero de 2009 (del que les dimos cumplida cuenta en el megapost “El ADN de Le Monde”) no se limitó exclusivamente a renovar el diario, sino que incluyó la creación de un nuevo […]


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