CuatroTipos

Diseño periodístico y más.

Archivo de COCOS: Copias y Coincidencias

Cocos electorales

TGorria.- Imagino el soponcio y la bronca subsiguiente de Rajoy al responsable de la campaña del PP cuando la SER aireó la coincidencia de la campaña electoral (20 millones de euros, ¿cuanto se habrá llevado Solá?) con la del candidato ultraderechista guatemalteco Otto Pérez Molina, campaña que también dirigió el asesor electoral de Rajoy, Antonio Solá (ver más información en Público). (Yo no se ustedes, pero yo siempre leo en estas vallas «con cabeza de ratón», emulando aquel adagio que popularizó F. Gonzalez…)

Pero lo cierto es que las campañas electorales no brillan precisamente por su originalidad, tanto a un lado como a otro del espectro político. Vean si no esta coincidencia sospechosa que hemos descubierto casualmente:

Se trata de la de un spot del Ministerio del interior (clicar para verlo) imitando uno de los mejores vídeos tipográfico-musicales que hemos visto ultimamente, el del Cuarteto de Nos, que a su vez era un «homenaje» al vídeo de Pulp Fiction (What Does Marsellus Wallace Look Like?) ya reseñado en cuatrotipos. El vídeo institucional no sólo imita el ritmo, el cromatismo y la composición de aquel otro de Milagritos Fims, sino que en un alarde de originalidad los creativos de la campaña hasta utilizan sin ningún rubor la misma tipografía, posiblemente Memphis o Glypha, como ya discutimos antaño. Señores, un poco de imaginación, se trata de dinero público, ganénselo con un poco de trabajo…

Vaya tipos. Por otro lado además de las coincidencias habituales de composición de vallas o carteles, sloganes y spots, elecciones tras elecciones observamos también un curioso baile tipográfico. Parece que hace poco el PP optó por utilizar como tipografía corporativa la familia Dax, pero por lo que se ve, han preferido para la campaña combinarla con la siempre efectiva Din (por cierto, alguien me explica lo del rediseño del logo, quizás sea un complemento del slogan -con cabeza, corazón y un par de …?).

Lo que llama la atención es que Din es muy similar a la que el PSOE adoptó como tipografía corporativa, la Interstate, y sin embargo el partido de ZP ha preferido para la campaña la Frutiger (hablo de oído, quizás algun tipografista más avezado pueda corregirme).

Lamentablemente, parece que el bipartidismo se instala con fuerza en España, así que no podemos decir mucho más de otros partidos, porque la imagen de Izquierda Unida en esta campaña, es manifiestamente mejorable y tipográficamente bastante insulsa, con el consabido recurso de la letra caligráfica «de pizarra», combinada con una Helvética Compresed simplemente fea.

Ideas claras, con todas tus fuerzas. El tema de la creatividad y los sloganes de la campaña lo dejaremos para otro post, aunque posiblemente el argumento de éste sea muy similar. No hay mucho de que hablar sino certificar la falta de ideas e imaginación, que por otra parte es de lo que no debería carecer cualquier propuesta política.

Actualización. Esto sí es un debate. El compañero HJF me replica que se le abren las carnes cuando comparo Din e Interstate «Din e Interestate coinciden en que ambas están inicialmente pensadas para la señalética en carretera. Una en Alemania y la otra en EEUU. Pero Din es una Square Sans de base rectangular cuyos trazos terminan rectos e Interstate sin embargo no tiene formas angulosas sino redondeadas, y sus trazos terminan inclinados.». Bueno, tanta sutileza es abrumadora, pero en mi opinión siguen siendo dos tipos similares (yo juraría que uno está inspirado en otro), dificiles de distinguir para un e(lector) medio. Así que compañeros, el debate está abierto y tenéis que elegir, el candidato Fernández contra el candidato Gorría… ¿con quien estáis de acuerdo?…

Más gráfica electoral en CuatroTipos:

¿Yo la vi primero?

HJF.-Nuestro buen amigo Javier Gómez Rivera (sí, sí, el de Maquetando la Wikipedia), nos advierte hoy del berrinche que se han llevado en El Economista al ver que en una página interior de El Mundo de ayer Jueves 21 de febrero emplearon la misma foto que ya habían usado ellos en la portada el pasado miércoles 20. Tanto es su enfado que le dedican tres columnas en la edición del hoy viernes 22 al asunto señalando que es una clara demostración de «quién innova y quén se limita, directamente, a copiar» Un poco exagerado ¿no?

La foto original de Sven Creutzmann/Mambo Photography. Getty Images.

Esta fotografía tiene más de dos años; está tomada durante un discurso en la Plaza de la Revolución Cubana con ocasión de una visita de Hugo Chávez el 3 de febrero de 2006. Diversas agencias de prensa del mundo distribuyeron ésta o alguna similar entre sus miles de abonados y El Economista escogió la que servía la Agencia France Press (AFP). Obviamente no tengo ni idea de si los editores de internacional de El Mundo habían visto la portada del día anterior de El Economista, pero decidieron usar la que ofrece Getty Images, fácilmente accesible via online. Supongamos que la vieron publicada en El Economista, pero…¿deberían sentirse culpables por usar en sus páginas interiores la misma foto de dominio público que otro diario había empleado un día antes? ¿Cuántas veces se habrá publicado esta foto o alguna idéntica en los últimos dos años en los diarios de todo el mundo?

Lo cierto es que la idea es estupenda y por eso yo, que no había visto El Economista el pasado miércoles, (imperdonable, ya sabéis que yo soy fan confeso de sus portadas), elegí una versión idéntica (en este caso de Reuters) de entre las 590 fotos de Castro que teníamos en el archivo de Levante-EMV para que durante unas horas encabezara nuestro blog. Así que puedo entender que con legítimo orgullo los editores de El Economista se feliciten entre sí por tener un gran ojo para elegir fotos estupendas, que incluso inspiran a la imitación a otros diarios. Pero de ahí a publicar un artículo criticando a otro medio porque hayan usado una foto de archivo que ellos habían empleado antes, hay un trecho importante. Con todo mi cariño para el estupendo trabajo del Economista, con la cantidad de artículos, infográficos y maquetas que se fusilan contínuamente de manera más o menos continuada en este negocio, me parece desmesurado andar reivindicando por escrito que uno vio una foto antes que el otro. Dudo que esto sea cosa de los redactores y diseñadores, sino de algún jefe con afán justiciero. Espero que no se hubieran dado cuenta de que yo, sin saberlo, también les copié la idea mostrando mi carencia absoluta de creatividad.

Dominion Post de Wellintong, Nueva Zelanda. Posiblemente ellos fueron quienes tuvieron la idea primero.

Quién sabe, igual en El Mundo usaron esa foto sencillamente porque estaba en su archivo y les gustó. O quizás, ciertamente, decidieron usarla porque la vieron en El Economista, felicidades. Pero, porqué no, quizás lo hicieran tras ver una idéntica en CuatroTipos (soñar es gratis), o sencillamente en las decenas de diarios del mundo que decidieron simultáneamente al Economista emplear esta misma imagen o alguna similar el pasado 20 de febrero, y yo no me creo que El Economista copiara al diario neozelandés The Dominion Post, que cosas del huso horario, estaba en los quioscos y disponible online 12 horas antes que los diarios españoles.

Ésta portada nos la pasó el mismo miércoles 20 de Febrero Diego Areso. Las que hay a continuación las he localizado rápidamente en el PressDisplay. Salían muchas más, compruébenlo, pero es que me tengo que ir a trabajar.

Actualización (27/2/2008): Javier Gómez Rivera aplica al Economista una ración de su propia medicina a cuenta del berrinche tonto. ¿Quién vió antes el famoso cuadro de Goya «Peleando a Garrotazos»

Vía Maquetando la Wikipedia

Actualización 2: Estupenda portada-concepto del Economist de esta semana al respecto.

Castro se va

HJF.-Hace décadas que los periódicos impresos y Fidel Castro manteníamos una dura pugna para ver quien tiraba la toalla primero. Parece que ha sido Fidel, pero por poco. Hoy no me ha tocado diseñar ninguna portada, pero por curiosidad profesional, acabo de entrar en el archivo fotográfico del diario regional Levante-EMV, que almacena las imágenes digitalmente desde 1996. He puesto «Fidel Castro» en el campo de búsquedas, y tras darle al ‘enter’, me han salido 590 fotografías. Yo he elegido la que hubiera sido mi apuesta personal, firmada por «Reuters/Stinger 2006», y la he puesto en nuestra cabecera del blog. Otros, sin embargo, han hecho elecciones diferentes:

…y ya es mala suerte que a los dos periódicos nacionales más opuestos en su ámbito ideológico, se les haya ocurrido hoy la misma idea.

PD.-Por cierto; ¿Hubieran pensado que alguna vez leerían un titular en castellano en la portada de un diario inglés?

PD (21:30 horas): Así es la vida, Diego de QuintaTinta y Javier de EnCajaBaja también se habían dado cuenta de la serendipia, y simultáneamente han publicado sendos post idénticos a éste. Como nos demostraron Público y la Razón, estas coincidencias pasan…

¿Dónde había visto esto yo antes?

4T.- Éste fue el cartel oficial de las Fallas de Valencia en 2007. Su autor fue José Santaeulalia y obtuvo hace más de un año un premio de 3.005,06 euros. Un anónimo lector/ Garganta Profunda que atiende al castizo nombre de Cacau i Tramussos nos envía la foto que sigue, tomada de la sala de exposiciones de la Gallera de Alzira, donde se encuentran expuestos desde antesdeayer los carteles participantes en el V Concurso local de Carteles del Día de la Mujer Trabajadora 2008 fallados hace 3 días. Los premios han sido bastante más humildes: al primer galardonado le entregaron tan solo 500 euros, al segundo 300, y al tercero, que ven a continuación, 200.

Caray, cómo está el oficio. Cobrar más de 10 veces menos, por hacer el mismo trabajo.

Más CoCos en CuatroTipos:

Piedras que hablan

TGorria. Hace unos meses, la editorial Columna, presentó Inquisitio, una novela de Alfred Bosch, historiador, periodista (un artículo diario en Avui) y escritor, sobre los últimos meses de Gaietà Ripoll, un maestro deista de Russafa que ha pasado a la historia por el triste mérito de haber sido la última víctima de la Inquisición.
La novela (que se editó entonces en catalán, y por la que el autor ganó el premio Prudenci Bertrana) no tuvo en Valencia una especial repercusión, a pesar de que la ciudad es la verdadera protagonista de la misma, posiblemente por el hecho de estar escrita originalmente en catalán. Ahora Planeta presenta su versión en castellano y le auguro un reconocimiento más acorde con su calidad. Yo leí la primera versión, y mis amigos pueden dar fe de que la recomendaba con especial fruición. Es una novela estupenda, a pesar de que en mi opinión, hubiera quedado más redonda si se hubiera evitado el recurso de la Valencia esóterica, que complica innecesariemente la trama la última parte de la narración. Es una tesis muy sugerente (los principales monumentos de la ciudad conforman el diseño de la constelación de la Osa Mayor), pero la plasmación en el libro resulta, en mi opinión, un tanto farragosa y más parece una concesión a los esquemas de los best-seller con fondo esóterico, que tan buenos réditos han dado a sus autores.

La cosa es que el pasado domingo tuve que maquetar/editar un reportaje (ver PDF) sobre el libro, de mi compañera Julia Damià, y como el material gráfico era escaso, opte por darle protagonismo a la ciudad de Valencia (una ciudad en la que las «piedras hablan«, como dijo Bosch en una feliz expresion durante la presentación de la novela).

Disponía de una buena reproducción digitalizada de una de las vistas más interesantes de Valencia, la litografia del arquitecto, pintor y litógrafo francés Alfred Guesdon 1808 – 1876, realizada a partir de fotografías aéreas obtenidas en colaboración con el fotógrafo Charles Clifford desde globos aerostáticos.

Se complementa con otra láminas tomada desde el puente del mar (la primera esta tomada desde el puente de San José) y pertenecen a una serie titulada L’Espagne à vol d’oiseau aunque el mismo autor realizó también otras series del mismo estilo en Italia y en Francia. Uno, que profesa una pasión moderada por la cartografía urbana histórica (sobre todo la de Valencia) no quise desaprovechar la posibilidad de «regalar» a los lectores de Endomingo (por cierto, rediseñado por mi hace poco, podéis bajaros el pdf de las dos últimas entregas, a ver que os parece) una lámina tamaño A2 de la vista de Guesdon, que reproduce con una notable fidelidad como era la Valencia en la que se ejecutó a Ripoll.

Cosas de la vida, al comentarlo con mi compañero y sin embargo amigo Javi Pérez, me recordó que el también había hecho algo parecido (con la misma lámina) en su estupendo extra sobre la riada del 57.

Quizás descansaba en mi subconsciente el recuerdo de estas páginas y eso me llevó a repetir la propuesta gráfica. Sea como fuere, creí que era pertinente, a pesar de la coincidencia, maquetarlo como inicialmente había previsto. Como hay buen rollo con Javi, seguro que me perdona el plagio (vale, tio, a cambio de una cerveza…)

Hable con él

HJF.-Necesitados como estamos de un poco de diálogo y consenso entre los grandes partidos ante la última ocurrencia de Ibarretxe, la portada de hoy lunes 1 de octubre del diario Público incluye un obvio «homenaje» gráfico en el que alguno querrá ver algún mensaje entre líneas.

Toma talante. Aunque no solo Público ha tirado de la revisión del famoso cartel que Juan Gatti realizara en 2001 para la oscarizada película de Pedro Almodóvar: El concepto visual y cromático de este «affiche» se ha convertido sin duda en uno de los recursos recurrentes del diseño gráfico de principios de siglo.

Y no sólo del «alto diseño». Vía Ehratas descubro esta singular muestra de diseño popular que demuestra que el trabajo de Gatti es ya un auténtico referente generacional y que el doble perfil azul y rojo sobre fondo negro ha dejado de pertenecer a su nutrido catálogo de ideas propias, para pasar a formar parte del patrimonio visual de la humanidad, universalizando y estandarizando el concepto original cual pantócrator románico.

De Century a Valencia: Una pequeña historia sobre el fraude tipográfico

¿Futura? No, Limerick.


¿Franklin Gothic? No, Plymouth.

¿Times New Roman? No, Riccione.

hjfHerminioJF.Ulrich Stiehl sostiene que la historia de la tipografía es la historia del fraude. En ninguna disciplina creativa han estado más difusos los márgenes entre la inspiración y la copia, entre la picaresca inocente y el robo a mano armada, entre las medias verdades y la alta traición. El célebre caso de la Arial/Helvética no es más que un ejemplo más dentro de una larga tradición de imitadores que parasitaron el genio de los machos-alfa de la tipografía o de los espabilados que apostaron por lucrarse del talento ajeno sin pasar por caja. Paul Renner decía que la tipografía es «arte y tecnología», y ya se sabe que plagiar el arte ajeno es la base del éxito e imitar la tecnología del prójimo es la esencia del progreso. Como arte «instrumental» y serializado la tipografía no es un fin en sí misma: Su función no es permanecer inalterable colgada de una pared, sino que desde su creación está destinada a ser vendida a clientes que lo emplearemos para diseñar/compaginar, sin que ningún respeto sea necesario para la obra original. Desde Guttemberg hay mucho dinero en juego, pero en los tiempos digitales la propiedad intelectual se ve aún más comprometida, cuando el negocio está a tan solo un simple copy/paste de distancia.

Les voy a contar una historia: En 1909 Heinrich Hoffmeister (1857-1921) diseñó Amts Antiqua para ser utilizada en su pequeña imprenta de Leipzig. No hay que ser un lince en tipografía para comprobar que el parecido es notorio con la mítica Century que en sus diversas variantes (Expanded y Old Style) diseñaran entre 1894 y 1906 Linn Boyd Benton y su prolífico hijo Morris Fuller Benton.

Century Expanded (hacia 1900)

Los Benton habían logrado con la Century un prodigio de legibilidad en cuerpos pequeños y condiciones difíciles de impresión que abrió una nueva era en la tipografía que se usaba en prensa: los llamados tipos de «lectura» o de «neotransición», que desterraron a las romanas «modernas» creadas por Bodoni, Didot y sus sucesores. Estos tipos dominaban la tipografía en prensa desde el siglo XVIII, cuando las imprentas eran manuales y con plancha plana, pero empezaban a mostrar grandes problemas de reproducción debido a la baja calidad de la impresión industrial masiva de las rotativas que permitieron la eclosión de la prensa de masas de finales del siglo XIX.

Amts Antiqua, 1909.

Cien años después la estela de Century sigue viva en el diseño periodístico, ya sea empleada directamente o mediante las decenas de tipografías posteriores a las que inspiró. Pero para Amts Antiqua, Century es más que un modelo a seguir. Hoffmeister no se conformó con recrear los contrapunzones más grandes, los rasgos ascendentes y ascendentes cortos, la modulación axial con escasa variación, o los remates rectos de la Century que tan exitosamente lidiaban con las necesidades de economía de espacio y la baja calidad de la impresión en rotativa. Hoffmeister no tenía mucha intención de pasar a la historia de la tipografía (apenas lo hizo), tan solo quería para sus clientes alemanes lo mismo que esos años triunfaba en los EEUU. Así que con un exceso de celo en la inspiración ni siquiera se molestó en cambiar la forma del rabito de la Q y o expandir el contrapunzón del ojo medio de la g. Puede que esté un poco más condensada o estilizada, y alguno detectará una micras de contraste más acentuado en alguno de los trazos, pero la realidad está ahí: Century y Amts Antiqua eran al 99% iguales.

Amts Antiqua/Madison, tipografía de los titulares de El Mundo desde 1998.

Quizás por un nacimiento tan poco honroso, Amts Antiqua estába condenada a que su nombre y su autoría apenas quedara reflejado para la posteridad. Rebocetada en 1965, Ant Antiqua acabaría siendo conocida como Madison, una tipografía célebre en los periódicos durante la era preinformática. Por ejemplo, el Boston Globe la utilizaba en los 80 y actualmente en España sigue viva en los titulares de El Mundo. Sin embargo hoy en día no hay una versión digital de la Madison comercializada directamente, ya que con la llegada de los ordenadores, reconociendo en parte su inspiración primigenia, la empresa Bistream la redenominó Century 725. Con ese nombre se distribuye hoy y es empleada en numerosos diarios, como a Nación, diseñado por Cases y Associats.

La Nación de Costa Rica emplea Madison/Century 725 en su titulación.

Pero no acaban aquí los avatares de la tipografía de Hoffmeister. En 1972 Walter Florenz Brendel (1930-1992) desarrolló un sistema electrónico para modificar y reproducir tipos de letra, que permitía hacer ligeros cambios en la anchura sin tener que redibujar un «set» completo de caracteres, algo imposible hasta la llegada del postscript, y le dió el nombre de Ikarus. El negocio se iría pronto al traste pero por aquel entonces Brendel andaba necesitado de tipografías para su invento, y para evitar pagar los derechos de la fuentes a las grandes empresas, decidió copiarlos y cambiarles el nombre para saltarse el problema del copyright. Así cogió la Madison, la copió y la redenominó Valencia. De esta forma, la historia de esta ciudad en la que vivo, sueño, amo y diseño ha quedado indisolublemente vinculada tipográficamente a una copia de una copia de una copia.

Madison/Century 725

Valencia/Madison no fue una excepción: Brendel copió decenas de tipos y como hacen algunos ayuntamientos en los PAI-pelotazos urbanísticos de los pueblos de nuestras playas (que repentinamente ven aparecer más calles de las que son capaces de denominar), Brendel recurrió a la toponimia para solventar rápidamente la papeleta ante la decena de tipos que rebautizar. Algunos con cierta gracia cacofónica: Llamó Chantilly a la copia de la Gill Sans, Calgary a la de Cushing, Sunset a la de Souvenir, Bamberg a la Bembo y Marseille a la Melior… Sin embargo desconozco qué le hizo reconvertir a la Madison, (Capital de Wisconsin) en Valencia, que no parecen tener mucho que ver. Quizás el recuerdo feliz de una paella en la Malvarrosa.

Tipografía Valencia, aún disponible veinte años después en qbf.de.

¿La responsable?

Hoy nadie se acuerda de Ikarus, pero el legado de Brendel sigue vivo. La inquietantemente opaca www.qbf.de permite comprar las 14 variantes de Valencia por 79,95 $ y muchas otras de sus copias tipográficas siguen siendo difundidas por empresas sucesoras como la colección de TypeShop/Elsner+Flake en grandes webs de tipografía como MyFonts.com. Pero el caso de Brendel no es el único: el cambio de algunas pequeñas características de las fuentes para enmascarar las copias siempre fue habitual, pero la tecnología digital facilita la apropiación directa de una fuente, y la publicación en un catálogo sencillamente cambiándole en nombre del archivo y la información sobre el copyright. Eso puede explicar porqué uno encuentra en el mercado paquetes de 1.000 fuentes a 8 euros, cuando una licencia para tan solo una tipografía nueva como Mercury de H&FJ ya vale 200.

1000 Professional Fonts, de Greenstreet Software. A la venta en Amazon, por 7,95 dólares.

MyFonts.com, la web de Bistream, tiene actualmente a disposición del público una galería de…¡55,255 fuentes!. ¿Cuantas son originales? ¿Cuantas respetan los créditos de su autor original?. Hagan la prueba: En la misma web uno encuentra Belfast, que es una copia literal de Berling, Gascogne de Goudy Old Style, Hamburg de la News Gothic, Limerick de la Futura, Plymouth de la Franklin Gothic, Riccione de la Times New Roman Ulrich Stiehl, mantiene una polémica página web, casi toda en alemán, pero que acumula una abundante documentación sobre la industria del fraude en la tipografía, sobre todo de estas omnipresentes colecciones de CDs con miles de tipografías a precios ridículos. También recoge algunos casos recientes como el de la empresa de transporte UPS que creó UPS Sans como tipografía corporativa en 2006, para ahorrarse así pagar la licencia por el empleo masivo de FF Dax, diseñada en 1995 por Hans Reichel.

UPS Sans (2006) y FF Dax (1995)

Pero aunque los plagios de tipografías recientes acaban a veces en los tribunales con desigual fortuna, las tipografías de la era preinformática han sido tradicionalmente copiadas con toda impunidad, tomando tan solo la precaución de cambiar el nombre para minimizar los obstáculos legales. Los distintos alias tipográficos con los que circulan las tipografías más conocidas son interminables. Fontinfo acumula un importante catálogo de ellos: Así sabemos que Futura la podemos encontrar como Alphatura; Atlantis; FU; Future; Photura; Sirius o Utica. Y que la Helvética también puede ser utilizada bajo los sorprendentes nombres de Aristocrat; CG Triumvirate; Claro; Corvus; Europa Grotesk; Geneva/2; Hamilton; HE; Helios/II; Helv; Helvette; Holsatia; Megaron/II; Newton; Spectra; Swiss 721; Vega o Video Spectra.

  • The Font Forging Industry, la web de Ulrich Stiehl, implacable justiciero del plagio tipográfico.
  • Galería de analogías tipográficas, de FontInfo.

PD.- Ah: La Ant Antiqua/Madison/Century 725/Valencia también puede adquirirse en la colección de Scangrafic/Elsner-Flake como SG Madame. 🙂

PD2: Actualización (27/8/2007) :
Gracias a Ulrich Stiehl descubro que en 1981 Edward Benguiat diseñó una singular romana de remates puntiagudos denominada ITC Barcelona.

Comenta Ulrich que una década después una empresa denominada Atech, hoy desaparecida, la distribuyó bajo el nombre de…Valencia TA (Type-O-Thek Allfonts)